Breve reflexión sobre la salud como virtualidad
Becado de Medicina Familiar
Resulta interesante que virtud y virtual compartan la misma raíz etimológica. Ambas palabras provienen de “vir” un término latino que se utilizaba para referirse a la hombría. La “virtud”, siguiendo a esta definición, corresponde a la fortaleza moral asociada a la masculinidad. Según Aristóteles las virtudes son “perfecciones de la voluntad”, hábitos seleccionados racionalmente que nos permiten mejorar nuestra inclinaciones naturales.
La virtualidad, a diferencia de lo que comúnmente se cree, no se contrapone a lo real, sino más bien corresponde a una potencialidad, una fuerza que tiene la capacidad de producir un efecto. Lo virtual es profundamente real y está incorporado en las acciones que moviliza.
Lo saludable es la virtud del cuerpo. Sin embargo, lo interesante no es sólo la virtud sino la virtualidad de lo saludable. Cuando uno revisa los datos de la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010 sólo un 1,4% de la población es saludable (come más de 5 porciones de frutas o verduras al día, realiza ejercicio físico moderado o intenso y no fuma). Lo saludable no es la antítesis de lo enfermo, ya que si así fuera, el 99,6% de nosotros lo estaría en cierto grado. Lo saludable es una virtualidad, una producción científica-técnica-política-económica-y-moral que opera como una fuerza que moldea nuestros discursos y prácticas.
El principal problema de lo saludable como virtud y como virtualidad ocurre cuando se le define desde una normatividad estricta. Si planteamos lo saludable como algo inalcanzable, los efectos de su virtualidad generarán múltiples tensiones y conflictos éticos y políticos. El “crónico compensado”, la “familia funcional”, el “trabajador saludable” serán categorías morales desde las que los equipos de salud se dispondrán a regular la vida social.
Resulta razonable plantear, si es posible, la salud ya no como una categoría homogénea y estricta, sino más bien como algo heterogéneo y lo suficientemente flexible como para que nos permita operar socialmente sin generar excesivas tensiones y conflictos. Creo que avanzar hacia este cometido dispondrá de mejor manera a los equipos de salud y será agradecido tanto por lo sanos como por los enfermos.
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